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17 Domingo durante el año
Evangelio: Juan 6,1-15
Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados.
Mirar a la gente con atención; mostrar cercanía a las personas. Como hacía Jesús. Dejar a un lado la conciencia aislada. El amor a la gente facilita el encuentro con Dios. No ver lo que queremos, sino lo que tenemos delante. Ver hambre en los hambrientos, sed de justicia en los maltratados, alegría en los que ríen, cansancio en los que buscan y no encuentran. La mirada limpia es una escuela de humanidad, una excelente manera de comenzar la oración.¿Dónde está el secreto de la generosidad cristiana? ¿En la cantidad? ¿En la calidad? ¿En el personalismo? ¿En el mandamiento del amor? ¡No! ¡Va mucho más allá! La multiplicación de la generosidad cristiana arranca y nunca se aparta de esa fuente inagotable de misericordia que es Dios.
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- El corazón del Señor es amor: quien lo toca, da amor
- Las entrañas del Señor son alimento: quien las descubre, alimenta a los demás
- La mente del Señor piensa en el otro: quien se acerca a ella siente la llamada a pensar en los que le rodean.
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AQUÍ ME TIENES, SEÑOR
Quiero ser uno de esos cinco panes,
para que, el hambriento que sale al camino
no marche a su casa sin haber comido
del pan de mi fraternidad
del auxilio de mi solidaridad
del agua de mi caridad
AQUÍ ME TIENES, SEÑOR
Tal vez, sea insuficiente;
mis capacidades, mi pensamiento,
mi alabanza, mi oración,
mi entrega, mi testimonio.
Tal vez sea poco
lo que la cesta de mi corazón albergue.
Pero, aquí me tienes, Señor
Mucho me diste y, por ello,
te doy las gracias, te bendigo y te alabo.
Mucho me diste y, por ello,
te pido que nunca deje de ser sensible
a las necesidades de mis hermanos.
ALBINA MORENO
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