16 Domingo del tiempo ordinario.
Evangelio Marcos 6,30-34
Tu voz, Señor, nos llena el alma de esperanza en medio de este ir y venir, de este desconcierto que nos aturde. Tus palabras serenan las aguas turbulentas de nuestra vida. Queremos oírte, escucharte, seguirte. Ser tus ovejas, las que conocen el timbre de tu voz. Por esto queremos ser de la verdad, odiar la mentira, ser sinceros, humildes para reconocer nuestra miseria y refugiarnos en tu infinita bondad.
Jesús, hoy nos invita a descansar en ÉL! Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco
Las vacaciones no pueden ser una ocasión para la pereza y la ociosidad. Hay que pensar que el tiempo que nos da Dios siempre es poco y hay que aprovecharlo lo mejor que podamos. Por eso no se trata de no hacer nada, sino de hacer otra cosa. Ante todo, al tener más tiempo libre, un cristiano ha de pensar un poco más que de ordinario en cultivar su espíritu, en fomentar la vida interior, en acercarse más a Dios.
-Apoyarnos en el Señor es caer en la cuenta de que, muchas de nuestras infelicidades, es porque seguimos a líderes que nos llevan por donde quieren pero no por dónde nos conviene
-Fiarnos de Jesús es no entender la fe como simple ocio. Como una escala de sacramentos que vamos quemando a nuestro antojo según, cómo y cuándo. Es vivir la fe con una convicción: vivir como Cristo, pensar como Cristo y actuar como Cristo.
¿QUÉ GANO O PIERDO REZANDO?
Gano en paz, pierdo violencia
Gano generosidad, pierdo tacañería
Gano en compañía, pierdo soledad
Gano valor, pierdo cobardía
Gano cielo, pierdo tierra
Gano ilusión, pierdo tristeza
Gano fe, pierdo incredulidad
Gano esperanza, pierdo apatía
Gano hermandad, pierdo egoísmo
Gano humildad, pierdo vanidad
Gano sinceridad, pierdo mentira
Gano transparencia, pierdo suciedad
Gano autenticidad, pierdo falsedad
Gano a Dios, pierdo al demonio
No es cuestión de saber
lo qué gano rezando sino lo mucho y malo
que pierdo rezando.
Ese lugar, el más tranquilo, es Dios
Ese lugar, el más seguro, es Cristo
Ese lugar, el más indicado, es el Espíritu
Ese lugar, el más garantizado, es la fe
Albina Moreno