
15 Domingo del tiempo ordinario.
Evangelio: Marcos 6,7-13
La oración es un camino de pobreza confiada: Solo Dios basta. ¡Qué belleza tiene la oración! Limpia y alegre, profética y libre de toda falsa seguridad, pobre, sin otros intereses que la pasión de que las gentes miren a Jesús. La oración nos orienta los pies hacia las orillas, donde gritan los que esperan curación y liberación.

CONTIGO IRÉ, SEÑOR
Si soy cristiano,
bendeciré tu nombre.
Porque me llamas a ser instrumento de tu amor
Porque permites que sea de los tuyos
Porque me hablas de una ciudad eterna
Porque me dices que, los que viven junto a mí,
lejos de ser adversarios, son hermanos.
Porque, cumplir la voluntad de Dios,
sus bienaventuranzas y sus mandamientos
es camino seguro para llegar a buen puerto

CONTIGO IRÉ, SEÑOR
Ese es el estilo Evangélico. Una túnica, señal de riqueza o abundancia, y vestimenta sencilla de los pobres. Es el peregrinar llevando el mensaje sin dependencias ni de dinero, autosuficiencias, poder del mundo, ni seguridades las que motiva el maestro.
Apliquemos este mensaje de dependencia total a Jesús y a su mensaje a nuestra persona, al trabajo comunitario, a la parroquia y a la sociedad. Nos toca hacer que la misericordia sea hoy una manifestación de la fidelidad de Dios con toda la humanidad, sobre todo con los más marginados y necesitados de la sociedad.
Nosotros somos quienes hoy día hacemos brotar la misericordia de Dios en nuestra tierra, y de esta manera damos cumplimiento a la Fidelidad de Dios en la Salvación del mundo.
Albina Moreno
