
Domingo 15 de Noviembre -
Evangelio: Marcos 13,24-32
Ampliando las miras, podríamos decir que el Evangelio de hoy no pretende asustar a nadie y quizás tampoco es el anuncio de no sé qué acontecimientos cósmicos, que preparan la segunda venida de Jesús al mundo. Podría interpretarse, como que la llegada de Jesús inexorablemente a la vida de cada uno y de todos los hombres, debe cambiar nuestras vidas y producir en ellas un cataclismo. Por eso debemos estar alerta y contra todo lo que parece, es un evangelio de alegría, esperanza: Verán venir al Hijo del Hombre.
Cuando terminan cosas, en las que habíamos puesto la esperanza, comienza el tiempo nuevo de Jesús. Dios tiene caminos sorprendentes. Gracias a su fidelidad, podemos seguir cantando en medio de tribulación, aunque el rostro del Amado esté escondido.
¡VIVIRÉ CADA DÍA, SEÑOR!
Sabiendo que, un día más, es un día menos
Un día más en el mundo,
pero un día menos para estar cerca de Ti
Un día más para hacer el bien
y un día menos en el intento de haber cambiado
Un día más para emplearme a fondo
o un día menos para buscar lo eterno
¡VIVIRÉ CADA DÍA, SEÑOR!
Sabiendo que, al final, y como buen final
me aguardas y me esperas Tú.
Amén.