
Domingo 5º de Pascua. Juan 14,1-12
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.» Tomás le dice: -«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le responde: -«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.

YO SOY EL CAMINO Y LA VERDAD Y LA VIDA.
La relación con Jesús es el núcleo de nuestra existencia. No hay nada más vital que esto. No hay aventura humana más fascinante. Si queremos, podemos vivirlo ahora mismo. Jesús nos muestra sus maravillas, y es poderoso para dárnoslas gratuitamente. ¡Qué suerte caminar con Jesús, que es el camino! ¡Qué alegría saborear y alimentarnos de su Verdad! ¡Qué vida empaparnos de su Vida! Todo nuestro bien consiste en aprender a recibir. Jesús nos invita a salir de las pequeñas verdades para adentrarnos en el mar de la Verdad. Dejemos que Jesús nos resuene en el silencio interior, como Camino Verdad Vida Él nos transforma por dentro, nos abre a horizontes insospechados.


Cristo, tú eres el único Salvador del mundo,
sin ti nada bueno podemos hacer.
Donde Tú no estás, hay oscuridad;
Tú eres la luz del mundo.
Donde tú no estás,
hay confusión, odio, pecado;
Tú eres la Vida,
Tú eres la Verdad,
Tú eres el Amigo.
Tú eres el Buen Pastor,
y el fundamento de la verdadera Paz.

Tú eres la esperanza del mundo.
Tú eres nuestro modelo,
nuestro ideal
y nuestra fuerza
para transformar el mundo. Amén. (Pablo VI)
