
Honor y honras al Glorioso Señor San José
* José, el hombre de ojos limpios y corazón abierto aprendió día a día el arte de:
- aceptar y acoger incondicionalmente a María, grávida de la semilla del Amor de Dios en su seno;
- ubicarse en la noche de la vida y orientarse en las dificultades;
- escuchar en silencio la verdad callada de las personas y de los acontecimientos
- respetar y hacer crecer la vida que se le confiaba;
- esperar, sin prisas, en la noche a que la palabra de Dios le indicara el camino a seguir

* Acompañó a María y a Jesús con profunda cercanía, ternura entrañable y entrega incondicional de su vida en aquellos años en Nazaret.
* José en su camino de acompañante, pasó por inseguridades, dudas, temores, miedos. Compartió, esperanzas, frustraciones, gozos y penas, la historia de su vida con la vida de María y con la vida de Jesús. Los tres recorrían y hacían nueva la historia de la salvación.

* José es el acompañante de todos los que se sientan llamados a realizar este ministerio de ayuda porque tiene gran sensibilidad contemplativa para leer en las personas, en la historia y en la vida de cada día, los signos del paso y de la presencia de Dios. Lo hace con un estilo de desprendimiento y generosidad sin límites. Sólo atrae el que deja de ser el centro. Sólo ilumina el que llega a ser pura transparencia, la vida divina se transmite cuando yo disminuyo.
Albina Moreno
