VÍA CRUCIS
CON TEXTOS DEL LIBRO DE LA VIDA DE SANTA TERESA
Siempre que pienses de Él, acuérdate de su amor por ti, que amor saca amor.
Acostúmbrate a enamorarte de su humanidad. Tráele siempre contigo. Mira que te mira. Acompáñale.
Habla con Él. Pídele por tus necesidades. Quéjate a Él de tus trabajos. Alégrate de estar con Él.
No te olvides de Él en esta hora. Dile palabras que te salgan del corazón
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
Su Majestad ha sido el libro verdadero adonde he visto las verdades. ¡Bendito sea tal
libro, que deja impreso lo que se ha de leer y hacer, de manera que no se puede
olvidar! Andar el camino de la vida en compañía de Jesús es un grito de esperanza. Con Él, la muerte no tiene la última palabra. - Hoy abro mi corazón a Ti, Señor Jesús, para aprender verdades: el amor es más fuerte el odio, el amor no entiende de límites ni de treguas, la vida se nos da a chorros cuando Tú subes camino del Calvario.
- Padre nuestro
SEGUNDA ESTACIÓN: JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS
ha venido y viene todo bien - ¡La cruz! Signo y recuerdo de la entrega con más pasión y más gratuidad jamás vivida. - Cuando el camino es áspero y las cargas insoportables, sabemos que Tú nunca nos dejas solos.
espantar de la cruz, y verá cómo se la ayuda también a llevar el Señor y con el contento
que anda - Miles de hombres y mujeres mordiendo el polvo cada día, aplastados por la depresión y la tristeza, por la violencia y la explotación, por la pobreza o la debilidad.
- Señor Jesús, tu ternura nos levanta; tus ojos nos regalan una mirada de compasión para
SEXTA ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS
pañuelo el rostro de Cristo. - Cuando te miro, Señor Jesús, con la cruz a cuestas, tu rostro se queda grabado en mi corazón y toda mi vida se abre a tu amor.
SÉPTIMA ESTACIÓN: JESÚS CAE EN TIERRA POR SEGUNDA VEZ
Acuérdense de sus palabras y miren lo que ha hecho conmigo, que primero me cansé
de ofenderle, que Su Majestad dejó de perdonarme. Nunca se cansa de dar ni se pueden
agotar sus misericordias; no nos cansemos nosotros de recibir - Marcados por heridas profundas: soledad, fracaso, desprecio, falta de afecto. Sumergidos en el pecado. Caídos al dar por bueno lo que es mediocre y al llamar virtud a lo que es cántaro agrietado. Abrazados una y otra vez a la mentira. - Si caigo, Señor Jesús, por segunda vez, Tú me das la mano.
OCTAVA ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN
- Nunca nadie como Jesús dio un papel tan protagonista a la mujer. Quiso beber del cántaro de la Samaritana, perdonó a la que tanto amó, se dejó embalsamar y querer por ellas. - A las abatidas de la tierra, Tú, Señor Jesús, les dices palabras de aliento; ¡eres el Amigo verdadero!
Es muy buen amigo Cristo, porque le miramos Hombre y vémosle con flaquezas y
trabajos, y es compañía - ¡Qué afán por despojar al pobre de su vestido, al hambriento de su pan, a todos los pequeños de su dignidad! Queremos ser hermanos, pero hacemos trizas la paz. Queremos compartir, pero no dejamos que el pan sea pan nuestro en una mesa común. Queremos respirar aire limpio, pero no respetamos la naturaleza. - Y Tú, Señor Jesús, te dejas desnudar de la vida para que vestirme con una túnica de alegría. ¡Cuánto amor el tuyo! ¡Cuánta ingratitud la mía!
UNDÉCIMA ESTACIÓN: JESÚS, CLAVADO EN LA CRUZ
fracasado. Lo absurdo es vencido por la esperanza. - Al pie de la cruz, Señor Jesús, abro mis manos y recojo tu amor. ¿Cuándo se despertará mi amor por Ti?
Díjome una vez el Señor que pusiese los ojos en lo que Él había padecido, y todo se me haría fácil - Pequeño en la cuna y pequeño en la cruz, pero fuerte para fortalecer toda rodilla vacilante. Nacido en el silencio y muerto en la soledad, pero dando siempre motivos de aliento a todos los abatidos. - Pero tu semilla de amor ya está sembrada en mi corazón; el fruto no tardará en asomarse.
DÉCIMO TERCERA ESTACIÓN: JESÚS EN LOS BRAZOS DE SU MADRE
DÉCIMO CUARTA ESTACIÓN: JESÚS ES PUESTO EN EL SEPULCRO
- Señor Jesús, cierro los ojos y me pongo confiadamente en tus manos. Hágase en mí tu proyecto. Amén.