15 de septiembre
NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
Oh Madre de Jesús junto al madero,
Mujer de quien la vida nueva nace,
hoy quedas consagrada para siempre
a ser por el Espíritu la Madre.
Hay Madre para amar y ser amados,
que amar y solo amar es nuestro trance;
la Tierra del Amor es nuestra Iglesia,
eternamente amada por el Padre.
Que Pedro arrepentido lo recuerde:
de amor y solo amor se le hizo examen;
y sepa que su anillo y su cayado
los signos son de aquel amor de sangre.
Lo sepa el Sacerdote cuando sirve,
entiéndalo el Profeta cuando hable:
que pasan los carismas, solo queda
amor tan solo cuando todo acabe.
Oh Madre de la Cruz y la Verdad,
regalo del amor, latido amante,
Tú eres el Silencio que nos guarda,
que seas nuestra paz, oh Siempre Amable.
A Cristo, toda gracia, bendecimos,
que ha hecho con su Madre dulce enlace:
¡Oh Cristo Redentor, bendito seas,
por darnos lo más tuyo como Madre! Amén.
Fray Rufino M. Grández, ofm. cap.
Albina Moreno
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