30 Domingo durante el Año
- Lectura Evangelio: Marcos 10,46-52
Jesús va de camino con la lámpara encendida, lleva la buena noticia en el corazón y en los labios, busca el encuentro. Un ser humano, que habita en los márgenes, incapaz de caminar, ignorado y silenciado, sin familia, necesitado de salvación, grita, quiere calor humano, busca a Jesús. No hay prisa que valga cuando hay un grito en las orillas del camino. Jesús apuesta por el hombre, aun cuando en éste no haya casi nada; así muestra su amor por nosotros. Jesús es puerta abierta, da esperanza. Jesús llama a todos.
¡SEÑOR QUE PUEDA VER!
Que sea consciente de las cegueras que salen a mi encuentro
Que esté dispuesto, siempre que haga falta,
a reconocer que el mejor oftalmólogo para mis ojos eres Tú;
que la escucha del Evangelio es la mejor receta,
la eucaristía el colirium más saludable y certero;
la oración la mejor intervención quirúrgica para saber
hacia dónde y cómo mirar;
una iglesia la mejor consulta para la miopía.
¡SEÑOR QUE PUEDA VER!
Es el mundo quien al borde del camino
necesita una palabra de aliento
Es la humanidad arrogante y hedonista pero vacía
Es el ser humano que quiere
y no puede dirigirse en la dirección adecuada
Es la tierra que en un afán de verlo
y entenderlo todo se niega a la visión de Dios
Es el grito de aquellos que queremos estrenar
gafas nuevas para andar por caminos nuevos sin miedo a caernos
ALBINA MORENO