
1º Domingo de Cuaresma.
Marcos 1,12-15
Primera tentación: es la tentación de ambicionar, de poseer, de amontonar es la tentación del materialismo que atenaza y esclaviza. Es creerse saciado con los valores de aquí abajo rechazando el espíritu o negando todo espacio posible a la Palabra de Dios.
Segunda tentación: es la tentación de la esclavitud a la apariencias y a la ostentación. El orgullo humano y la autosuficiencia pervierten el corazón humano.
Tercera tentación: es la tentación de crear dioses a nuestra medida y rendirles culto. Interesa la fama, el honor, la adulación, etc. No importan los medios para conseguirlo, incluso con la injusticia y la mentira. Jesús experimenta las tentaciones y las supera. En la Palabra de Dios encuentra la fuerza y respuesta para vencerlas.

COMENZANDO NUESTRO VIAJE CUARESMAL.
Vamos a mirar juntos el mapa de nuestro viaje y juntos vamos a recorrer el camino.
Algo que no está señalado en el mapa de carreteras es el lugar llamado tentación, cansancio, abandono, tiro la toalla, me rindo, no puedo más, qué duro, cambio de sentido. Y esto es también parte del viaje.
Nosotros hemos probado casi todo en este viaje de la vida:
? hemos comido la manzana de la desobediencia como Eva;
? nos hemos emborrachado como Noé;
? hemos bailado alrededor del becerro de oro como el pueblo de Israel;
? hemos blasfemado como el pueblo de Dios en Masá;
? hemos cometido adulterio como el rey David;
? hemos sido mordidos por las serpientes en el desierto;
? hemos escondido nuestra identidad de hijos de Dios

Este viaje cuaresmal es el de la vuelta a la casa del Padre por la ruta Jesús, Jesús es la autopista que nos lleva a la casa de Dios.
Jesús también consultó un mapa para conocer la voluntad de Dios, para hacer el camino de Dios. ¿Saben qué mapa consultó Jesús?
"Jesús lleno del Espíritu Santo fue conducido por el Espíritu al desierto durante cuarenta días y allí fue tentado por el diablo".
Cristiano es, quien como Jesús, consulta el mapa del Espíritu, se deja guiar por el Espíritu, escucha el Espíritu Santo, se purifica con el fuego del Espíritu Santo y vence el cansancio del camino con su fuerza y nunca apaga el Espíritu Santo.
Hermanos, fijemos los ojos en Jesús, plenamente humano, sufriendo los ataques del demonio, experimentando la tentación en su viaje hacia el Padre como cualquiera de nosotros. El demonio, disfrazado de consejero y amigo, le dice a Jesús: "Si eres el hijo de Dios, convierte estas piedras en pan". "No sólo de pan vive el hombre".

Jesús sufre el hambre, el cansancio, la desilusión, el abandono, la enemistad, las limitaciones del cuerpo, del tiempo y del lugar. Son muchas las personas que viven sólo para satisfacer al dictador cuerpo. Jesús con su no al diablo, con su respuesta: "No sólo de pan vive el hombre" nos está diciendo a todos:
? no vivas sólo de pan;
? no reduzcas tu vida a tus instintos básicos;
? no des culto al cuerpo. Es hermoso, cuídalo, es mi obra, pero busca otros valores, otros alimentos, otros productos de belleza para adornarlo: la palabra de Dios, la bondad, la oración, el ayuno, la limosna y la belleza del Espíritu.
De la tentación del cuerpo, la más inmediata, la más fácil de caer, el demonio le ofrece el poder, todos los reinos: "Todo esto te daré si postrándote ante mi, me adoras".
Jesús no necesita el poder, no quiere ser un jefe humano, para llevar a cabo su misión. Su misión es un acto de culto a Dios.

Jesús nos enseña a dejar a un lado los falsos dioses que ocupan nuestro corazón y a hacer el camino cuaresmal sólo con Dios.
Y como signo de que confiamos en Dios vamos a tirar en esta cuaresma todos los amuletos y signos de magia y superstición que tenemos. Sólo Dios salva. Confía en Él.
Tú te cansas pero el diablo no descansa. El diablo llevó a Jesús al pináculo del templo de Jerusalén, algo así como al Empire State Building, y le dijo: "Si eres el hijo de Dios, tírate"
"No tentarás al Señor tu Dios".
El diablo se asemeja al manager de un circo. Vamos a dejar a la gente con la boca abierta. Un número más difícil. Tírate sin paracaídas porque Dios hace milagros.
Dios no es un mago.
Dios no hace milagros para la galería.
Dios no tiene una agencia de envío de valores y de milagros en la Calle Frentes 2, A.
Hermanos, Dios actúa. Dios hace milagros. Dios sabe lo que necesitas. Déjale actuar, déjale ser Dios y Señor. No le tientes con tus impertinencias. Deja que Dios te pruebe en este viaje cuaresmal.
Cuando no sepas donde estás, ¿qué mapa vas a consultar? Cuando estés tentado, ¿a qué diosecillo vas a invocar? Cuando te olvides de a dónde vas, ¿a quién vas a preguntar? Dejémonos conducir por el Espíritu Santo. En este viaje cuaresmal nuestro destino es Dios, nuestra autopista es Jesús y nuestro mapa es el Espíritu Santo.

Nuestros ojos están fijos en Jesús. El Espíritu nos empuja a ir con Él. La conciencia de sabernos amados el Espíritu Santo te ama. Es la música que suena en nuestra interioridad y nos alienta a caminar. El Espíritu sabe lo que nos hace falta y nos da ánimo, libertad y fuerza para ponerlo por obra - Es Él quien nos mete en experiencias de silencio y soledad, nos hace ver de cerca el dolor de los que más sufren.
La oración es la estrategia para dejarnos guiar por el Espíritu. Nosotros preferiríamos vivir en la superficie de todo, pero Él habla al corazón, se insinúa con profundo respeto en la hondura.
Albina Moreno
