¡CRISTO VIVE! ¡ALELUYA!
¡Aleluya! ¡Cristo ha resucitado! ¡Aleluya!
La vida ha triunfado.
La muerte no tiene ya palabra.
Estalla la luz, hay flores, se oyen las canciones de la Vida.
¡Alegría! Hay fiesta en el corazón.
La brisa de la esperanza envuelve a la humanidad
La muerte de Jesús no ha acallado su voz ni ha escondido su ternura.
El Padre la ha levantado para siempre.
Ha desvelado el sentido de la vida.
La fraternidad es posible.
El amor hace nuevas todas las cosas.
Cristo, alegría del mundo, resplandor de la gloria del Padre.
¡Bendita la mañana que anuncia tu esplendor al universo!
Tus pies de peregrino, anunciando amor por los caminos,
tocan heridas, rompen cadenas, bailan la danza de la luz.
Tus manos cercanas, expresión de la ternura del Padre,
agarran con fuerza a todo sepultado, llevan a la luz.
Tu resplandor no anula ningún rostro,
cada uno es reflejo, filigrana del Espíritu.
Todos, familia, comunidad.
Hombre de aquí, cercano a todo lo humano.
Dios de Dios, orientador de todo hacia la luz.
Pisoteas la muerte, toda muerte.
Anuncias libertad.
Convocas a un proyecto: ¡la nueva humanidad!