Todos nos sentimos amados y acogidos
El nacimiento de Cristo nos ayuda a tomar conciencia del valor de la vida humana, de la vida de todo ser humano, desde su primer instante hasta su ocaso natural.
A quien abre el corazón a este niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre (cfr. Lc 2, 12), él le brinda la posibilidad de mirar de un modo nuevo las realidades de cada día.
Podrá gustar la fuerza de la fascinación interior del amor de Dios, que logra transformar en alegría incluso el dolor. - Benedicto XVI