En la memoria litúrgica de
San Luis María Grignion de Montfort
Dios, le dio tanta sagacidad para descubrir la malicia de esa antigua serpiente y tanta fuerza para vencer, abatir y aplastar a ese orgulloso impío, que el diablo la teme no sólo más que a todos los ángeles y hombres, sino, en cierto modo, más que al mismo Dios
2. Porque Dios ha concedido a María un poder tan grande contra los demonios, que tienen más miedo a un solo suspiro de María a favor de una persona que a las oraciones de todos los santos, y a una sola amenaza suya contra ellos más que a todos los demás tormentos.
Lo que Lucifer perdió por orgullo lo ganó María con la humildad. Lo que Eva condenó y perdió por desobediencia lo salvó María con la obediencia. Eva, al obedecer a la serpiente, se hizo causa de perdición para sí y para todos sus hijos, entregándolos a Satanás; María, al permanecer perfectamente fiel a Dios, se convirtió en causa de salvación para sí y para todos sus hijos y servidores, consagrándolos al Señor.
El poder de María sobre todos los demonios resplandecerá, sin embargo, de modo particular en los últimos tiempos, cuando Satanás pondrá asechanzas a su calcañar, o sea, a sus humildes servidores y pobres hijos que Ella suscitará para hacerle la guerra.
San Luis M. GRIGNION DE MONTFORT
Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen María