Confianza en la divina Providencia
(Beata Isabel de la Trinidad)
Yo tengo en tu divina Providencia
una fe y confianza inquebrantables.
Oh Jesús, llévame y tráeme,
yo me abandono entera a tu talante.
Cuando Tú me dijiste: «Ven a mí»,
a tu voz respondi, Jesús Amante.
Desde entonces, mi Bien, cuánto he llorado,
¿no recuerdas, Señor, mis ansiedades?
¿No recuerdas, Jesús, mi santo celo
por responder a tu llamar constante,
por vivir solitaria en el Carmelo
y por mi frágil vida consagrarte?