Domingo de la presentación del Señor.
Lucas 2,22-40Dios hizo un gran regalo a aquellas personas: descubrirle a Él mismo en aquel Niño, y llenar de esperanza y alegría sus vidas para siempre. Jesús nos invita a estar en el candelero de la vida, dando luz. Así somos los cristianos, como la luz, no para escondernos, sino para iluminar. En los candeleros de la vida seremos la luz de Jesús para todos. Ahora, Señor, según tu promesa puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador Lleva una lámpara encendida, es un buscador de esperanza para el pueblo. El Espíritu nos sorprende con presencias alentadoras en el camino: Son voces inesperadas que podemos escuchar, miradas llenas de luz y de paz que podemos detenernos a mirar por las calles, gentes locas de solidaridad que llevan a los pobres metidos en las entrañas.