XV Domingo
del Tiempo Ordinario
Evangelio Lucas 10, 25-37
Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo ¿Y quién es mi prójimo? ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos? Él contestó: «El que practicó la misericordia con él.» Le dijo Jesús: «Anda, haz tú lo mismo» Para encontrar al Dios vivo, dijo el Papa Francisco, es necesario besar con ternura las llagas de Jesús en nuestros hermanos hambrientos, pobres, enfermos y encarcelados. Es en las llagas de la humanidad que nos rodea donde podemos encontrar a Jesús. Quedarnos sólo en la meditación, además de peligroso, es incoherente en la vida cristiana: orar y trabajar, meditar y ayudar, escuchar y hablar han de ser los parámetros de nuestra identidad y adhesión a Jesús.