PRIMER DOMINGO
DE ADVIENTO
El Adviento, tiempo de atención. Como tiempo de gracia constituye una disposición para la atención de la Palabra de Dios, de la conversión, del testimonio de la santidad y del empeño evangelizador, en una sociedad circundada y penetrada por el pecado. Significa la llegada actual de Dios a nuestra vida: como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores
Marcos 13,33-37
VIGILAD: PUES NO SABÉIS CUÁNDO ES EL MOMENTO.
El tiempo de Adviento es un tiempo propicio para acoger las promesas. Las promesas de Dios rompen los pesimismos, las desilusiones, los cansancios.
MIRAD, VIGILAD, PUES NO SABÉIS CUÁNDO ES EL MOMENTO.
Cuando desaparece la vigilancia aumenta el riesgo y la posibilidad de corrupción y decadencia, tanto en la vida corporal, como en la vida social y en la vida religiosa. Una persona seria y responsable es siempre una persona vigilante, con una vigilancia activa y esperanzada. El que ama sabe esperar también cuando el otro tarda. Esperamos a Jesús si lo amamos y deseamos ardientemente encontrarnos con Él.
ALBINA MORENO