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San Julián EymardJESÚS NOS DEJA A SU MADRE, QUE TENDRÁ LA MISIÓN DE LLEVARNOS DE LA MANO, PARA CONDUCIRNOS A SU SAGRARIO. La Santísima Virgen se convierte en nuestra Madre por la Eucaristía; se encarga de hacernos encontrar nuestro Pan de vida, de enseñarnos a apreciarlo y desearlo; recibe la misión de formarnos a la adoración. Es menester que la Santísima Virgen nos diga: Venid a adorar conmigo. Nuestro Señor puso a María sobre nuestro camino, para ser el puente entre él y nosotros.
Quiero deciros: Adorad a Nuestro Señor en la sociedad de la Santísima Virgen. No digo: permaneced en ella, sino, Jesús está aquí ante vosotros para que os dirijáis directamente a él; pero hacedlo con María; vivid con ella, vivid en su casa; puesto que Nuestro Señor os la dio como directora, no adoréis jamás sin ella. Decidle: Buena Madre, acompáñame; una madre siempre acompaña a su hijo; sin vosotros no podría decir nada. San Julián Eymard