
De su interior silencioso y fecundo brotaba el callado amor gratuito expresado en mil gestos de servicio: - El servicio de la compasión viviendo con María y con Jesús los avatares de la vida y del momento histórico: el empadronamiento en Belén, la emigración a Egipto, el temor al gobierno de Arquelao en Judea, el regreso a Nazaret, la pérdida del hijo en Jerusalén. - El servicio de la paciencia silenciosa, que mantiene el oído abierto y atento a Dios que siempre le hablaba en sueños, y en la noche; Un ángel le confirma, en sueños, la divina maternidad de su esposa, y recibe el encargo de asumir la paternidad del hijo, generado por obra del Espíritu Santo (Mt 1,20ss). - El servicio de la ternura cuidando y atendiendo a María y velando el misterio de la Vida que se estaba alumbrando.