JESÚS PASTOR
¡Qué gozo tan grande saber que el que entra en nuestra interioridad nos conoce y entiende! Su presencia genera confianza. Con su presencia nos nace dentro una fuente de amor.
Las ovejas atienden su voz. Camina delante y las ovejas lo siguen.
Nuestros ojos están fijos en Él, en nuestro corazón está grabado su rostro.
Nadie pone tanta paz en el alma. Así oramos. Tú eres nuestro pastor. Repártenos tu cuerpo y el gozo irá alejando toda oscuridad.
JESÚS PASTOR Y CORDERO
Oveja perdida, ven
sobre mis hombros; que hoy
no sólo tu Pastor soy
sino tu pasto también.
Por descubrirte mejor
cuando balabas perdida,
dejé en un árbol la vida,
donde me subió tu amor;
si prenda quieres mayor,
mis obras hoy te la den.
Oveja perdida, ven
sobre mis hombros; que hoy
no sólo tu Pastor soy
sino tu pasto también.
Pasto al fin yo tuyo hecho,
¿cuál dará mayor asombro,
el traerte yo en el hombro
o traerme tú en el pecho?
Prendas son de amor estrecho
que aun los más ciegos las ven.
Oveja perdida, ven
sobre mis hombros; que hoy
no sólo tu Pastor soy
sino tu pasto también.
Luis de Góngora
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.