Entraron en la casa,
vieron al niño con María
Se pusieron en camino. Los Magos salieron de su casa, de su tierra, para buscar. Hace falta dinamismo, tensión, hacia la nueva vida que Jesús nos da. "Poneos en camino": tiene que resonar constantemente en nosotros.
Noche oscura. La hay en toda búsqueda; también en el camino de los Magos, y en nuestro propio camino. Son las dificultades de todo tipo, los Herodes de turno, las que nos pueden llevar a mirar hacia atrás. Los Magos siguieron adelante. Es bueno no interrumpir el camino hasta dar con lo que buscamos. El que pasa la noche en fidelidad se llena de mucha alegría.
Encontraron un niño. A quien espera cosas grandes y espectaculares puede que el Niño le decepcione y se pregunte: ¿Para esto hemos caminado tanto? Pero para quien sabe reconocer en los pequeños detalles los brotes de la vida nueva que se extiende, descubrirá a Dios en el Niño de Belén y en El lo tendrá todo y mucho más de lo esperado.
Lo adoraron. Los que saben mirar la vida con humildad y descubren a Dios en los pequeños acontecimientos terminan por rendirse ante la manifestación de Dios y lo adoran; lo contemplan para quedar con el rostro glorioso y radiante.
Le ofrecieron regalos. El regalo que Dios quiere es la ofrenda de todo nuestro ser, de nuestro granito de arena. Nada cambia tanto las cosas como cuando uno comparte lo que tiene con los demás. Entonces se genera en el mundo una ola imparable de compasión y de ternura.
Y se fueron por otro camino. Este debe ser el fruto de esta fiesta de los Reyes Magos: Ir por otros caminos. Ir por los caminos del Evangelio, de la comunión, de la solidaridad, de la fe alegre, de la fraternidad, de la compasión y la ternura.
Fuente: Teresianas