
A punto de iniciar la Semana Santa,
En la primera el profeta, de una forma poética, nos narra el nuevo éxodo, la nueva liberación.
En la segunda, San Pablo, se confronta de tal manera con el descubrimiento de Cristo que todo lo demás lo estima basura.
Y, para que no falte nada en esa triple nota de acorde mayor, el Evangelio nos presenta a un Jesús que lejos de condenar renueva, recupera la vida de una mujer pecadora.
Una vez más, camino de la Semana Santa, Jesús nos va mostrando con más nitidez y con asombrosas pistas el rostro auténtico del Padre: aborrece el pecado pero ama al pecador.
Poco le importan las historias pasadas de aquella mujer.

AYÚDAME A MIRAR COMO TÚ, SEÑOR
A no dejarme llevar por mis juicios,
interesados, duros y excesivamente crueles.
A observar, no tanto los aspectos negativos,
cuanto la bondad y lo noble de los que me rodean.
AYÚDAME A MIRAR COMO TÚ, SEÑOR
A no conspirar ni levantar castillos
en las ruinas sufrientes de tantos hermanos
A no señalar defectos e historias pasadas
que, entre otras cosas,
sólo sirven para causar sensación o daño
AYÚDAME A MIRAR COMO TÚ, SEÑOR
A ser prudente, como Tú lo fuiste
con aquella mujer, que adulterada en su vida,
comenzó otra vida nueva
ante tu forma de mirarle y corregirle
AYÚDAME A MIRAR COMO TÚ, SEÑOR
A ver el lado bueno de las personas
A no recrearme con el sufrimiento ajeno
A no ser altavoz de calumnias y mentiras
A ser hombre y no jugar a ser juez
AYÚDAME A MIRAR COMO TÚ, SEÑOR
A no manipular ni airear
las cruces de las personas que las soportan
A no enjuiciar ni condenar
los defectos de tantos próximos a mi vida
A no hacer estandarte ni burla
de los que están hundidos en sus miserias
AYÚDAME A MIRAR COMO TÚ, SEÑOR
Para que, frente a la mentira, reine la verdad
Para que, frente a la condena, brille tu misericordia
Para que, frente a la burla, salga la comprensión
Para que, frente a la humillación, despunte la bondad
(Javier Leoz)
